MATARRATÓN (Gliricidia sepium)

Árbol de matarratón (Gliricidia sepium), sembrado en el barrio Alfonso López, en la carrera 21 entre calles 9 y 10.
Fotografía tomada por Oscar Cervantes Velásquez, Hábitat y Cultura. 

Árbol originario de América tropical, habita en zonas de clima cálido, semicálido y templado entre los 100 y los 1500 msnm. Cultivado en huertos familiares, crece en bosques secos o húmedos y en suelos con algún grado de salinidad, no tolerando suelos ácidos.

El matarratón es un árbol de la familia de las Fabaceae, arbórea perenne. Su sistema radicular depende del sistema de multiplicación si es por semilla la raíz es pivotante, mientras que si es por estacas es sistema radicular ramificado. Crece hasta 10 metros de altura y puede llegar a tener 40 cm de diámetro en su tallo y produce muchas ramificaciones. Sus hojas son compuestas, de 2 a 6 cm de largo, de forma elíptica y color verde en la superficie; sus flores rosadas son melíferas. 

Flores del árbol de matarratón (Gliricidia sepium).

El matarratón es ampliamente usado como forraje verde el cual es consumido por las vacas, ovejas y cabras por tener una buena palativilidad y ser una excelente fuente de proteína, vitamina y minerales, estos animales consumen las hojas, la parte tierna del tallo y la corteza. 

Usado en niveles bajos el forraje del matarratón sirve para pigmentar la yema de los huevos o la piel de los pollos, también se utiliza el follaje como abono verde en cereales y frutales. Usado como cercas vivas, se caracteriza por producir sombra en los potreros, regula el equilibrio del suelo y la regeneración de los suelos pesados.

Las flores son utilizadas en la alimentación humana y son una excelente fuente de néctar para las abejas.

Hojas, flores y fruto del matarratón (Gliricidia sepium), imagen tomada de la Web Wikipedia.

Es común observarlos en calles y avenidas de las ciudades de la costa atlántica; además, aunque se le atribuyen propiedades medicinales, puede contener sustancias tóxicas. La corteza, las semillas y las hojas son empleadas como insecticidas y raticidas.